El encuentro con Adam [Priv. Adam]

Me había levantado hoy más temprano que de costumbre. Miré por la ventana y verifique que el día de hoy era soleado y sereno. Sonreí. Cualquiera que me viera probablemente pensaría que estaba loca pues poca gente sonreía a la nada, más aún mirando por la ventana.
Mac razón por la que había optado por levantarme tan temprano era debido a que Adam, un joven que me iba a explicar de que trataba el proyecto MA en el que había aceptado participar.
Aunque me hubiese levantado temprano, era tan perezosa que prefería hacerlo todo rápido, y a veces hasta llegar tarde a mis encuentros, que levantarme más temprano y hacerlo todo con más calma. Por lo tanto, en estos momentos tenía apróximadamente media hora para vestirme, comer y prepararme para el encuentro con el joven Adam.
Me cambié de ropa a la velocidad de la luz y me peine más o menos con la misma intensidad, a muchas personas les sorprendía pues no entendían como podía en tan poco tiempo hacer dos coletas o cualquier peinado con un pelo tan espeso y tan largo, pero siempre solía contestar que el secreto estaba en la costumbre pues desde muy pequeña tenía que lidiar con el pelo largo.
Mientras me daba los últimos retoques con el pelo y calentaba la leche con la otra mano, me percaté que me quedaban solo cinco minutos tanto para comer como para prepararme el desayuno. Esperaba que el tal Adam fuese prospero en aceptar la comida que se le suele ofrecer a los invitados y podría disimular de esa manera que necesitaba comer... aunque si me daba cierta prisa...
Alguien llamo a la puerta... ¡¡No puede ser!! Miré el reloj. Me había quedado pensativa estos cinco minutos.

-¡¡Ya voy!! - Exclamé.

Debía actuar rápidamente. Me bebí casi de un solo trago el vaso de leche por lo que me atraganté. Empecé a toser de forma considerable mientras me acercaba a la puerta de entrada, era de mala educación no abrir a los invitados.
Lo cierto es que a veces creía que tenía que haberle hecho caso a mi padre, debía de tener más cuidado y no ser tan patosa. Quizás fue un error haber abandonado mi ciudad natal. Era un desastre.

-¡¡Buenos días!! - Dije con una sonrisa mientras abría la puerta a Adam – Puede pasar.

"Que rápido ha pasado la mañana" Pensé dando un suspiro mientras me daba cuenta que era hora de realizar la primera visita a Eve. Salí de la oficia de DGO y me dirigí a mi coche con toda la prisa del mundo.

No es que sea mal conductor y que no me fije en lo que hago, pero había serias cosas que pensar en el camino. Como por ejemplo la sorpresa que aún tenía por haber encontrado tan rápido a quien hiciera el papel de Mem Aleph. A pesar de que tenía días que estaba el asunto confirmado, seguía preguntándome como rayos había hecho Adam Moonlight para conseguir rápidamente a una mujer con deseos de colaborar. Se corría el rumor por las oficinas que había sido porque era muy guapo y fácilmente conseguía a quien quisiera y para lo que fuera. Un rumor bastante trillado pero creíble, pues tampoco sabía realmente y con exactitud quien era esa tal Eve y si iba a servir. Pues conocía la historia de hace cientos de años, como las cosas fallaban, aunque por ahora no me convenía ser negativo, todo lo contrario, confiaba que esta vez, esta generación podríamos salvarla. Como pasaba desde hace tiempo, seguimos creyendo que toda esta tecnología va a ayudarnos, pero tengo miedo, mucho miedo. Todo esto del proyecto MA me trae muchas confusiones. Porque me habían comentado que un día sucedería, pero nunca que yo estaría tan cerca.

Entonces, el sonido de un claxon me sacó de mis pensamientos, el rojo estaba puesto frente a la casa de Eve y yo no me había estacionado. Miré con desinterés por el retrovisor y me estacioné ignorando las groserías que el hombre de atrás me hizo.

Bajé y toqué la puerta, me estiré tal como un felino haría y agaché la cabeza, escuché su "ya voy" imaginado la secuencia de dentro de la casa, la chica haciendo algo importante, dejándolo de lado, caminando hacia la puerta para entonces abrirla. Un crujido sonó y supe que había acertado.

— Buenos días, gracias —dije contestando su saludo e invitación, ingresando entonces a la casa, que esperaba me dijera mucho de la chica—. Supongo que estás informada de el motivo de mi visita y eso, espero de igual forma que no te moleste si nos sentamos en alguna parte y comenzamos a charlar sobre... El proyecto.

Dije adelantándome a cerrar la puerta y tomando su mano para "guiarla" a donde pudiéramos hablar tranquilamente. Si se podía tomar el tema como tranquilo. Y no, no estaba abusando de su confianza, pero estando ella dentro de todo esto, de cierta forma, ahora nos pertenecía. O por menos parte de ella.

— Te cuento, todo esto de MA —dije haciendo especial énfasis en la última palabra— es un proyecto más que apocalíptico, científico. ¿Conoces la profecía, Adam te ha comentado algo al respecto, o sólo te dijo "hey linda, hagamos un hijo"? Dudas a mí, por favor.

No quería sonar grosero, pero estaba dispuesto a acostumbrar a la chica a todo el posible mal trato que pudiera enfrentarse en un futuro. Porque conocía las consecuencias de todo esto, si las cosas marchaban igual que antes, entonces Eve correría más peligro del imaginado y eso sería en definitiva un temor para todos nosotros.

Nada más entrar, el joven me comentó que esperaba que conociera el motivo de su visita y que prefería sentarse en alguna parte para estar más comodos y hablar sobre el proyecto. Me había quedado boquiabierta. ¡¡Que alto era!! Es más, tarde unos segundos en reaccionar ante sus palabras.
Iba a cerrar la puerta y proponerle sentarse donde le gustase, pero el joven me adelantó cerrando él mismo la puerta para luego cogerme de la mano y guiarme hacia un lugar tranquilo. Era curioso, ¿tan indefensa parecía que hasta daba la impresión de que podía perderme en mi propio hogar? Reí flojo porque me pareció curioso.
Después de acomodarnos en el sofá del comedor, el joven me expuso que procedería a explicarme lo de MA, que supuse que así era como se llamaba el proyecto porque sería raro que pusiera tanto énfasis en dicha palabra para luego que esta no signifique nada importante.
Seguidamente, me preguntó si conocía la profecía, pues al parecer había una basada en la ciencia, o si simplemente me había comentado que debíamos procrear un hijo...

-¿Perdón? - Pensé en voz alta.

No me habían comentado nada de eso, simplemente me habían dicho que podría participar en un proyecto que me ayudaría a ser mejor médico, por lo que deducí que estaría relacionado con la ciencia y la medicina. Le observé, con una sonrisa pero inquieta, quizás se equivocaba.

-Creo que se equivoca – Le comenté con cuidado – Solo me han dicho que era un proyecto que me ayudaría a mejorar como médico... nada más.

Me había dado cuenta que estaba sustada cuando había optado por juntar las manos en mi regazo pues me di cuenta que estas temblaban. ¿En qué te has metido Eve? Me preguntaba una y otra vez, ¿moriría si me negaba ahora? ¿por qué acepto todo sin pensar? ¿por qué soy tan tonta? Mi padre tenía razón, no debí alejarme de mi pueblo natal. Esperé a que el joven me aclarara mis dudas. Quería saber la verdad.

"Adam, estás perdiendo el toque" pensé al darme cuenta que o estaba con la persona equivocada, o el jodido de Moonlight había mentido a la muchacha para ingresarla en esto. Y lo peor de todo es que yo ya había ido más rápido de lo que seguro tenía planeado. Casi quedo totalmente boquiabierto cuando lo he sabido.

— Déjame hacer una llamada —dije de inmediato agachando la cabeza y poniendo el puño frente a mi boca.

Teniendo la otra mano libre, saqué el teléfono móvil y marqué desesperadamente al científico que se supone convenció a la mujer. Sonaba y sonaba, pero no contestó. No tuve de otra que tragar saliva y dirigir la mirada despacio hacia la chica, pensando cómo debía explicar las cosas.

— Rayos, bueno, Eve Zvezda, ¿cierto? bienvenida al proyecto MA... Iré despacio, apresuré las cosas, sí, esto ayudará a tu carrera como médico... —suspiré— Resulta que hace un par de días, una profeta que se hace llamar "Merry" dijo que el caos se avecinaba por causa de los "pecados capitales". Nosotros en el Departamento de Guerra Oculta tenemos como misión el evitarlo, y esto es mediante el proyecto científico [MA], del cuál, tú, Eve, eres parte.

Debía sentirme cómodo para dar más comodidad, no molesto y hacer que se asustara, como me daba a entender con ese gesto en las manos. Nerviosismo, no vengas a mí, no lo necesito ahora.

— Pero aún debes tener muchas dudas, ¿puedes traer algo de agua?

Me limité a esperar y observar el resto de sus acciones.

Al escuchar mis palabras, el joven pareció estar igual o incluso más sorprendido que yo pues me explicó que necesitaba hacer una llamada. ¿Qué estaba pasando? Se llamaba Adam el chico que tenía delante ¿no? Y me tenía que especificar de que trataba el proyecto científico ¿no? ¿Por qué me preguntaba si sabía que tenía que procrear un hijo? ¿De qué estaba hablando? Quizás se había confundido...
Al parecer nadie respondió la llamada... No sabría decir a que nos dedicaríamos ahora ¿contemplarnos el uno al otro mientras esperamos a que le respondan la llamda?, pero por lo que pude ver el chico decidió explicarme las cosas sin la necesidad de la persona con la que había intentado contactar hace un momento.

-Sí, me llamo Eve Zvezda – Le dije con una sonrisa ante sus palabras – Gracias – Dije ante sus palabras con cierta duda en el tono de voz, pero sin borrar la sonrisa de mi cara pues lo más seguro es que el joven se había equivocado.

El joven me afirmó de que dicho proyecto me ayudaría en mi carrera de médico, como también me explicó una especie de profecia sobre los pecados capitales. Al descubrir aquello, el departamento al que pertenece Adam querían evitarlo. Asentí con la cabeza mientras le escuchaba atentamente. Para ello habían creado el proyecto MA en el que ahora formo parte. Todo parecía normal... entonces... ¿por qué estaba tan nervioso? ¿cual era su secreto?

-Ahora mismo se lo traigo, disculpe por no haberlo hecho antes – Dije levantandome de golpe y salía casi corriendo en dirección a la cocina.

Mientras servía el agua en la cocina me quedé pensativa en las palabras que el joven me había dicho hasta ahora. Sí, formaba parte del proyecto, pero... ¿por qué estaba tan nervioso de decirmelo?

-¡Uah! - Grité flojito cuando noté que el agua que vertía en el vaso desde la jarra se había derramado ligeramente en mi mano pues no me había fijado que se había llenado al completo.

Dejé la jarra a un lado mientras me sequé la mano con una toalla. Era un desastre. Al llegar al salón pensé que probablemente Adam quisiera saber el por qué de mi mini grito.

-Lo lamento – Le dije con una sonrisa – No ha sido nada grave es solo que he vertído agua fuera del vaso.